Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, está muy bien comunicado con Alicante, a través de nuestro aeropuerto de Alicante-Elche. Y allí hicimos una escapada este verano, refrescándonos en las calles de Liverpool, pues la temperatura oscilaba entre los 12 y los 16 grados. Un lujo del que nos aprovechamos.
Llegó a ser la segunda ciudad más importante del Reino Unido y del Imperio Británico. Por su puerto pasaba el cuarenta por ciento del tráfico marítimo mundial, debido en parte a las colonias. A principios del s.XX estuvo en auge pero a finales del mismo s.XX comenzó su decadencia.
Les contaré una curiosidad: el nombre de esta ciudad le fue dado porque antiguamente había una laguna de pescadores, toda teñida de rojo por un alga que la habitaba; le llamaron liver (hígado, por el rojo) y pool por la laguna.
El dialecto que hablan es el «scouse». Ellos, para decir hola (hello), dicen algo así como «ta», y para decir gracias, en lugar de thank you dicen «tara» (así al menos es como se oye). Pero el scouse es también un guiso típico de allí, con carne y patata, de tradición irlandesa.
Pero si Liverpool es conocido por algo es, como no podía ser de otra manera, por los Beatles. Toda la ciudad destila historia y música beatle. Pasear por Mathew Street es escuchar a toda hora música en directo, y es precisamente en esta calle donde se encontraba The Cavern, el lugar donde solía tocar el grupo.
A la hora del descanso para almorzar, la gente solía acercarse para verlos tocar. Escuchaban música en directo mientras comían. A los años, cuando ya los Beatles se habían hecho famosos y vagaban por medio mundo, el Ayuntamiento decidió que el mejor sitio para poner un respiradero para el nuevo túnel llamado The king’s tunnel era allí. Después de demolerlo se dieron cuenta de que eran otras medidas. Pero quedó inutilizable y entonces el dueño del The Cavern Club actual se llevó todos los ladrillos y los colocó en el nuevo The Cavern Club.
En esa misma calle hay dos «Cavern»: The Cavern Club y The Cavern Pub. En ambos hay música en vivo, pero en el primero hay dos escenarios con diferentes músicos, y es el que tiene todos los ladrillos del primigenio The Cavern, y por dentro es un gran museo beatleniano. Pero si queréis sorprenderos por la historia de The Beatles, The Beatle Story, situado en Albert dock es una auténtica maravilla. La entrada costó 19 libras pero merece la pena. También hay otro Beatle Museum, pero en ese no estuvimos.
Tienen dos iglesias: una católica y una protestante.
Jardín de amapolas en la iglesia «bombardeada» de San Lucas. Grupo escultórico llamado «Todos juntos ahora»
La ciudad es agradable para pasear y los scousers suelen ser muy amables. El centro se puede recorrer todo a pie, y si te gusta la música en vivo, y sobre todo los Beatles, no debes dejar pasar la oportunidad.
Y ya no cuento más porque lo bonito es dar unas pinceladas para que sea uno mismo el que descubra el destino.
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