Todos los caminos conducen a las playas. En España, el punto de origen de todos ellos se encuentra en la Puerta del Sol de Madrid. Desde él (está señalizado con una placa en el suelo) y, en forma de tela de araña, comienza el trazado de casi todas las carreteras que terminan, muchas de ellas, como decíamos, a escasos metros de las costas.
Pero, cuando el recorrido lo es, no ya en horizontal, sino en vertical y nos disponemos a subir a las montañas o a visitar pueblos encaramados en unos cerros, este punto de inicio, esta cota cero se encuentra en el mismísimo centro de Alicante.
¿Vamos a descubrirlo?
El punto de partida está situado junto al puerto. Esta franja de costa es la que tiene menos variaciones de mareas, de ahí que fuera elegida para fijarla como cota cero.
El gran logro fue trabajar en una época en la que aún no existían las aplicaciones informáticas. Para ello, a lo largo de varios años y con mediciones en distintos días, franjas horarias y estaciones se fueron realizando estudios muy precisos para fijar el lugar perfecto. La primera pista, por aproximación, se halla en una estatua de un tranquilo windsurfista. Y, día sí y, día también se puede ver que apenas varía el pedestal sobre el que parece estar caminando.
Esta plataforma hace las veces del “kilómetro cero del mar”. De este modo, cuando visitamos algún destino y nos indican: “estamos a 400 metros sobre el mar”, en esta zona comienza la medición. Si quisiéramos llegar a lo más alto en esta ruta ascendente, el punto más elevado nos llevaría hasta la cumbre el Teide (Tenerife), con su famoso “mar de nubes”, a casi 4000 metros de altitud.
Fue muy curioso el procedimiento realizado para fijar el punto exacto. Desde la placa colocada en el mar se realizó una tira de cuerdas en sentido triangular hasta los dos extremos de las fachadas laterales del Ayuntamiento (en su momento no había obstáculos para ello). Con estos dos cabos de nivelación se determinó, ya en tierra firme, el punto exacto: el primer escalón de la escalinata del Ayuntamiento como NP-1 (Nivel de Precisión).
Si pasean por la zona del Ayuntamiento y observan estas paredes, a la altura del suelo aún se pueden ver los restos de estas ataduras de bronce ancladas a ellas. A mí, de tan pequeñas, me costó dar con ellas en una primera visita y el vigilante de seguridad, muy amable, me acompañó para localizarlas. En el interior también hay una placa descriptiva de este reto de medición.
Lleven cuidado porque en este hall de entrada les recibirá una estatua de Dalí que les llevará a alzar la mirada hacía la cúpula de la escalinata (¡preciosa!). Y no apreciamos toda la historia que esconde este primer escalón.
Porque estamos tan acostumbramos a mirar el móvil para que nos indique a qué altitud nos encontramos, que nos olvidamos del gran trabajo de precisión que se realizó cuando sólo se contaba con una calculadora, un mareógrafo, un bloc de notas y poquito más.
Así pues, cuando den un paseo por el centro de Alicante, no olviden que por aquí nadie sufrirá de vértigo.