Cierra los ojos un instante, retrocede en el tiempo y piensa como sería la vida en el Edad Media.
Seguro que te viene a la mente artistas, mercados, música, colores y olores, vida en la calle, juegos tradicionales, danzas, bufones, magia, espectáculos con fuego, tiro con arco, batallas, cetrería, castillos, princesas, reyes, o la peste.
Nada mas lejos de la realidad, Villena ha vuelto a la Edad Media durante un fin de semana, repleto de actividades. Cada año aumenta el número de visitantes, porque callejear por el Barrio del Rabal tiene algo especial, sus calles estrechas encantan a los visitantes y los hacen partícipes de estas fiestas. Además este año hemos tenido la suerte de disfrutar de un clima primaveral.
Villena ha celebrado este fin de semana la XXI Edición de las tradicionales Fiestas del Medievo declaradas de Interés Turístico Autonómico.
Lo que las hace únicas, es que las organiza el barrio del Rabal, en un escenario único y hace partícipes a todos los vecinos, Asociaciones, colegios…
El Barrio del Rabal se engala estas fechas, adorna calles y fachadas, y celebran la Visita de los Reyes Católicos brindando con ”FONDILLÓN”, entre danzas y bailes medievales, gigantes y cabezudos, espectáculos de fuego, la tradicional “lechuguina”, la “bajada de antorchas desde el castillo”, mercado medieval, gastronomía, cuentos, batallas medievales, espectáculos…
Además se realizan bodas y bautizos en el castillo. Una apretada agenda todo el fin de semana.
Los vecinos se visten de época, por eso puedes encontrar guerreros, princesas, campesinas, ciegos, o “la peste”. ¿de que te gustaría vestirte las próximas fiestas?
Se pueden visitar todos los recursos turísticos del barrio, el castillo de la Atalaya, iglesia Sta María, ermitas de San José, y San Antón, o la Casa cueva de los Tuaregs.
También hay lugar para la gastronomía y los caldos de la zona. Los restaurantes de la ciudad preparan menús gastronómicos para disfrutar de la comida al mas estilo medieval, así como “puestos de comida”, cervezas, y las tradicionales tortas fritas que se venden en la Ermita de San José.