El turismo religioso ha sido, desde tiempos remotos, una forma de viaje que no solo busca lo espiritual, sino que también fomenta la comprensión intercultural y la paz. Este año, la Iglesia en España celebra la 45ª Jornada Mundial del Turismo con el lema “Turismo y paz”, poniendo de relieve cómo el turismo puede ser una herramienta poderosa para la promoción de la paz y el entendimiento mutuo en tiempos difíciles.
¿Por qué se celebra la Jornada Mundial del Turismo?
La Jornada Mundial del Turismo conmemora el aniversario de la aprobación de los Estatutos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), cuya sede se encuentra en España. A nivel mundial, se celebra cada año el 27 de septiembre, pero en España, por iniciativa del Departamento de Pastoral del Turismo, la celebración se adelanta al tercer domingo de septiembre para darle mayor visibilidad y distanciarla de la Jornada Mundial de Migraciones. Este año, la celebración en España tuvo lugar el domingo 15 de septiembre, destacándose la eucaristía presidida por el arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Torrent.
Mensaje de la 45ª Jornada Mundial del Turismo: «Turismo y Paz»
Este año, bajo el lema “Turismo y Paz”, la Organización Mundial del Turismo destaca el turismo como un vehículo de intercambio cultural que puede transformarse en un compromiso concreto por la paz. El turismo religioso no solo debe promover el encuentro entre personas de distintas culturas, sino también actuar como un instrumento de pacificación, especialmente en aquellos lugares donde la guerra y la violencia han causado estragos. Allí, la ausencia de turismo genera pobreza, privando a las comunidades de una fuente de ingresos vital. El turismo tiene, por tanto, el potencial de convertirse en una red de mensajeros de paz, invocando el fin de los conflictos y la reapertura de territorios llenos de historia, cultura y fe.