Cuando realizo un viaje me gusta planearlo con antelación y disfrutar de los preparativos… pero mi último viaje fue «pensado y hecho«, y creo que lo disfrutamos muchísimo porque vas a la aventura, sin prisas y dejándote llevar por el momento. El destino elegido fue la Costa Brava-Girona. El nombre de «Costa Brava«, es debido a su costa con escarpados, que hacen un peculiar paisaje digno de ser visitado.
El primer destino que elegimos fue Blanes, conocida como la «puerta de la Costa Brava» ya que es aquí donde comienza. En Blanes podemos destacar sus playas con aguas muy limpias y transparentes, podemos destacar la de S Abanell, San Francisco y sus calas. No hay que perderse la puesta de sol desde el Castillo de San Juan, así como visitar el jardín botánico Marimurtra. Lo más característico de Blanes es Sa Palomera, símbolo identitario de Blanes que divide las 2 playas. Pasear por el Puerto de Blanes y ver sus barcos, dar un paseo por el centro y visitar su fuente gótica, visitar la iglesia de Sta María y disfrutar de su gastronomía con platos tan ricos como el «arrossejat de fideus», el «cimitomba», o guisados a «l’all cremat», son actividades imprescindibles si visitas Blanes. En verano se celebra el Festival pirotécnico de fuegos artificiales que se puede ver desde la playa, además de disfrutar de conciertos y actuaciones.
Desde Blanes decidimos visitar Tossa de Mar, y lo hicimos en un ferry con la empresa Dofi Jet Boats ya que es una excursión muy agradable en un barquito que te permite ver la belleza de los paisajes desde al mar, sus acantilados, el contraste del mar con las rocas, respirar el aire puro del mar y disfrutar del sol. Puedo decir que Tossa del Mar es uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, conserva su esencia medieval y su tradición pesquera. Lo más destacado es su recinto amurallado de Villa-Vella con el castillo dominando la playa. No hay que perderse sus calas, playas y acantilados, y callejear por sus blancas callecitas . Es una ciudad de pescadores que ahora se dedica al turismo gracias a su encanto y rico patrimonio tanto cultural como gastronómico. La ciudad se puede visitar perfectamente a pie, aunque recomiendo coger un «trenecito turístico», que te recorre toda la ciudad y sube hasta el faro, donde disfrutar de unas vistas maravillosas. ¿Sabías que Tossa del Mar es conocida como el «paraíso azul«? y es que no es para menos. Este nombre se lo puso el artista francés Marc Chagall. Y es que no es para menos, sus playas, calas y cuevas son un deleite para todos los sentidos haciéndola una ciudad muy pintoresca.
Pudimos probar su gastronomía en un gastrobar que lo recomiendo por su buen servicio y excelente comida, que se llama Seina y está muy céntrico.
¿Os apetece conocer más destinos de la Costa Brava? En breve, la segunda parte del viaje con destinos culturales de la Costa Brava – Girona, que seguro que os gustarán.